martes, 26 de julio de 2011

Aperto libro


Antes de que empezara la pelotera descomunal del progreso, quienes tenían algunos ahorros, los enterraban, era la única forma conocida de guardar dinero, pero más tarde la gente les tomó confianza a los bancos. Cuando hicieron la carretera y fue más fácil llegar en autobús a la ciudad, cambiaron sus monedas de oro y de plata por papeles pintados y los metieron en cajas fuertes, como si fueran tesoros. Tomás Vargas se burlaba de ellos a carcajadas, porque nunca creyó en ese sistema. El tiempo le dio la razón y cuando se acabó el gobierno del Benefactor -que duró como treinta años, según dicenlos billetes no valían nada y muchos terminaron pegados de adorno en las paredes, como infame recordatorio del candor de sus dueños. Mientras todos los demás escribían cartas al nuevo Presidente y a los periódicos para quejarse de la estafa colectiva de las nuevas monedas, Tomás Vargas tenía sus morocotas de oro en un entierro seguro...

Leido en: Cuentos de Eva Luna
Escrito por: Isabel Allende

martes, 12 de julio de 2011

Disculpe usted... soy de Guatemala


─Hola Wendy, y usted, ¿de donde es?
─Hola, soy de un país donde llegar al trabajo es una proeza y regresar a casa por las noches es un acto suicida de extremo heroísmo.
─Hum, ya se. Es del país donde la gente contrata sicarios para matarse a si misma, ¿son muchos los que siguen el ejemplo del tal Rosemberg?
─Eh, no se, pero según el gobierno hay muchos periodistas suicidas. Chepe Zarco, Hugo Arce y otros que no recuerdo.
─Es cierto que en su tierra natal las victimas de la violencia superan el dato de 15 o 16 muertos diarios.
─Este... no se.
─Dicen que en ese lugar la mujer del presidente se divorció para poder ser candidata a presidenta, son muy pintorescos ustedes.
─Eso dicen, que somos pintorescos.
─Por cierto que recién mataron a Facundo Cabral por allá, ¿verdad?
─Si, así es.
Un amargo silencio le permitió a Wendy reflexionar sobre la mejor forma de dar por terminada la incomoda conversación.
─Cierto, soy de Guatemala, sirvase usted disculparme. Me da pena, pero si, soy de Guatemala. Pero quiero que sepa que no todos somos así, lo que pasa es que los buenos no servimos para hacer bulla; pero le puedo asegurar que somos mas. Perdone usted a mi país, no nos juzgue por nuestros políticos que son unos dirigentes incapaces. Ni nos juzgue por los incapaces que recurren a la violencia para dilucidar sus diferencias. Tampoco nos descalifique a todos por nuestra discapacidad crónica para hacer justicia─ con un suspiro concluyó ─ pero mas que cualquier cosa, sírvase disculpar las consecuencias de la indiferencia, que mostramos los buenos, para buscar y exigir soluciones a nuestros problemas.
Foto: Prensa Libre.


martes, 5 de julio de 2011

Aperto libro


Sobre la amistad

...la amistad es una virtud o algo acompañado de virtud, y, además, es lo más necesario para la vida.

...con amigos los hombres están más capacitados para pensar y actuar.

... la amistad perfecta es la de los hombres buenos e iguales en virtud...

...las distancias no rompen sin más la amistad, sino sólo su ejercicio...

Leido en: Ética Nicomáquea
Autor: Aristóteles.