martes, 7 de septiembre de 2010

Amigos

Quizá todos tenemos amistades inactivas que añoramos.

Aquellos amigos que un día decidieron partir porque anhelaban un mejor futuro para su familia. Aquellos que abandonamos al partir buscando nuestro propio destino. Los que simplemente nos perdieron la pista o que nosotros se la perdimos.

Todos aquellos seres que en un momento dado significaron algo especial en nuestra vida y que ya no están.

Muchos de esos personajes siguen habitando en nuestra vida, tal como si hubiese sido un solo instante el que separa nuestro ahora y la ultima emoción compartida. Manuel José Arce apuntó en su Diario de un escribiente que los amigos que no se ven a menudo, suelen ser como la sangre, acuden pronto a la herida para ayudar a sanarla...

Quiero invitarlos a celebrar a esos amigos que un día llegaron a nuestra vida para regalarnos la dicha de su amistad.

En lo personal quiero celebrar al amigo que hoy se fue, dejando en mi corazón el recuerdo de todas esas largas conversaciones durante las piñatas de mis hijos y de sus nietos. Las celebraciones de fin de año que compartimos con él y su familia o las tardes de un domingo cualquiera en que llegabamos a su casa con la aparente intención de quedarnos para siempre, son memorias grabadas con tinta indeleble.

Gracias Papa Ramiro por tu amable sonrisa, tu generosa bondad y por estas lágrimas de nostalgia que no puedo contener al lamentar tu partida final.

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