Somos lo que hacemos día a día. De modo que la excelencia no es un acto, sino un hábito. Aristóteles.
martes, 31 de mayo de 2011
Elecciones
martes, 24 de mayo de 2011
Aperto libro
La vida deviene a veces un juego de palabras, pero no es menos verdad que el lenguaje marca el límite de nuestro mundo y de nuestro ser, como Wittgenstein ha escrito, a tal grado que, cuanto más pobre es nuestra forma de expresarnos, más estrecha es la visión de lo que somos. El lenguaje da sentido a nuestra vida, forja nuestra identidad, permite entender mejor nuestra historia. De ahí la importancia de enriquecerlo y conocerlo mejor. Y leer el Quijote tal vez sea una buena forma de llevar a cabo esta andadura, pues la lengua, como bien decía Unamuno, es la sangre del espíritu.
Leído en: Chapinismos del Quijote
Escrito por: Francisco Pérez de Antón
martes, 17 de mayo de 2011
El factor miedo
martes, 10 de mayo de 2011
Confesión de un troll
- Si tomar una posición, criterio o tener opinión propia es una actitud propia del troll entonces debo aceptarlo, soy troll.
- Si anteponer la busqueda de la verdad a la complacencia social es una caracteristica troll, acepto mi culpa.
- Si provocar la discusión para descuartizar las ideas es una costumbre troll, yo lo soy.
- Si los trolles son radicales, pues ni modo, otro punto en mi contra.
- Si mi esmero por utilizar el lenguaje correctamente es otro señalamiento troll, ponganle mas leña a la hoguera.
- Si mi compañía resulta inconveniente por no ser de mente abierta, sino de mente activa; que le vamos a hacer, ya casi no tengo defensa.
lunes, 2 de mayo de 2011
Tiempo
La vida se recorre de cualquier forma menos en línea recta.
Hay días en que nos levantamos con un ánimo que fácilmente podríamos cambiar la rotación de la tierra. Hay días en que el ánimo es un peso que no permite levantar una pestaña sin creer que es el último esfuerzo que nuestro cuerpo aguantará. Otros días son intermedios, ni tan, ni muy.
Los lunes, en especial para mi, las cosas parecen caminar hacia cualquier parte, menos para donde deseo. Los viernes las cosas simplemente parecen no caminar. Los miércoles son aparte pues podemos entrar al cine a mitad de precio. Madrugar los sábados y domingos es una delicia que vale la pena experimentar; el fin de semana se hace mas largo y que rico dormir al mediodía sin cargo de conciencia.
Por las mañanas un café acelera el ritmo de las cosas y por la tarde, a eso de la una y media, ni un café con taurina logra levantar la ilusión, ni la pasión.
A temprana edad los días no corren, caminan lentamente y los fines de semana no llegan, las vacaciones tardan una eternidad en empezar. Mas tarde en la vida los días parecen tener menos horas y las horas menos minutos, los plazos se vencen muy rápido y las semanas tienen menos días.
Einstein proclamó la relatividad del tiempo, todos hemos comprobado la verdad de su afirmación y lo equivocado que estaba Newton. El tiempo se hace largo cuando viajamos en camioneta extraurbana y se hace mas largo cuando una necesidad apremia nuestro cuerpo. El tiempo se hace corto cuando estoy contigo, esté o no tu cuerpo junto al mío.
El tiempo no existe cuando llega el momento ansiado de compartir nuestros cuerpos buscando ese instante eterno que nos funde en uno solo.
A algunos el tiempo parece no importarnos mucho, nos sentamos a verlo pasar y cuando volteamos a ver, parece tan poco lo realizado durante nuestra vida, con tanto tiempo desperdiciado.
El tiempo que miramos la televisión parece nada, pero si hacemos la cuenta, 1.5 horas diarias, 5 días a la semana mas 4 horas el fin de semana (barato, barato) son 11.5 horas semanales, 46 horas al mes y 552 horas al año. 23 días al año, chispas!! Si barato nos va, vemos tele casi un mes de cada año. Humm, y las redes sociales?
¿Cuántos libros dejamos de leer?, ¿cuantas caricias dejamos de dar? y ¿cuantas dejamos de recibir?. ¿Cuantos pasos no caminamos y cuantas huellas evitamos dejar?
Una persona de 30 años de edad ha visto 575 días televisión... 1.60 años!!!
En fin la vida se recorre en círculos, en zigzag, en subidas y bajadas, o se deja de recorrer y la vida nos recorre; pero jamás la vida se recorre en línea recta.
Talvez, y solo talvez, si supiéramos lo que pretendemos de ella a temprana edad, la vida llegaría a ser semejante a una línea recta que nos conduciría a nuestros objetivos y a realizar nuestros sueños.
Habrá que considerar los imponderables que nos desvíen de nuestro destino, pero sabedores de lo que deseamos podremos enderezar el rumbo con mano firme y sometiendo las circunstancias a nuestros propósitos.