Siempre debemos elegir, no tenemos opción. Aún cuando optamos por no hacer algo. Y está bien dejar de hacer, dejar pasar; lo que no está bien es cuando permitimos que nuestras elecciones dejen de pertenecernos.
Dice Arjona por allí que "confundimos amor con compañía y ese miedo idiota de verte viejo y sin pareja...". Si me equivoco por falta de conocimiento y cometo un error juicio, pues es algo que debo permitirme dentro de ciertos límites, a la larga a esto le pondré por nombre "experiencia".
Pero cuando es el miedo lo que domina, creo que estamos en problemas.
Miedo a la soledad, miedo al error, al infierno, a vivir la vida misma.
Suelen decir la mujeres mayores en mi tierra que no hay que reirse mucho porque eso atrae la desgracia. El colmo, ¡temor a ser feliz!
Si es el miedo el único argumento que conoces, piénsalo otra vez. La vida no es una mala película de terror; el riesgo existe, es cierto, pero también disponemos de conocimiento que lo compensa.
Al final la elección es personal, simplemente existir o dedicarse a esa maravillosa aventura que es vivir.
2 comentarios:
Muy buen post, muy reflexivo. Te cuento que acabo de inaugurar un nuevo post:
http://porestocuentomihistoria.blogspot.com/
una vida trascurrida cometiendo errores no solo es mas honorable sino mas útil que una vida sin hacer nada.. si de algo sirve el comentario.... saluditos... maor...
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