En un lugar del centro de las Américas, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un héroe, unos de esos que te encuentras a cada esquina pero que no reconoces. Vivía digo, porque ya no lo hace mas; para perjuicio de sus prójimos.
Dirigía con éxito una pequeña empresa, aunque no creo que existan las empresas pequeñas, que le daba empleo a diez obreros y surtía de obras de arte a los hogares de su ciudad, pues fabricaba de forma artesanal puertas, portones y balcones de metal de acuerdo a las particulares necesidades de cada cliente.
¿Héroe?, se preguntaran, ¿héroe, por qué héroe?. Si sólo era un pequeño capitalista, herrero de profesión. Es un héroe, bueno “era un héroe”, porque era un sujeto que practicaba la virtud, que cumplía con su deber a pesar de las circunstancias.
Al reflexionar brevemente sobre su desempeño en la vida nos podemos dar cuenta de su multiplicidad de virtudes. No obligaba a nadie a sacrificarse por él, ya que era responsable de su propio sustento sin arrebatárselo a nadie, subsistía en el mercado gracias a la práctica de las virtudes de la disciplina, honradez, perseverancia.
Era un estudioso de los materiales y de las técnicas, cumplía sus obligaciones con sus empleados, familia, proveedores y clientes en un entorno que se lo dificultaba.
Repentinamente, desapareció. No se despidió de nadie, ni su familia pudo averiguar su paradero. Un día de tantos, sus empleados recibieron su paga completa, sus proveedores recibieron la cancelación de sus adeudos y los clientes vieron concluidos sus encargos. Y se fue.
Faltando él, faltó el alma de aquella gran familia que era su empresa. Todo la herencia de su trabajo se repartió sin ganancia. No existe ningún registro de las perdidas porque no se pueden, ni podrán, cuantificar. Se cerró el taller, se perdieron los clientes, dispersáronse los obreros. Unos dejaron el país con rumbo al norte y otros dejaron el oficio. Todos los hilos atados por el héroe se enredaron y se rompieron.
Muchas razones, muchos motivos quebraron por fin la voluntad de nuestro héroe. La decepción provocada por una familia que nunca supo valorar su esfuerzo, la envidia de quienes nunca pudieron lo que él si pudo, el castigo que los gobernantes imponen a los exitosos con mas impuestos.
2 comentarios:
...recién supe dónde el virtuoso se encuentra: Se encuentra en la quebrada, un lugar a donde van virtuosos, (no significa que quienes no vayan no lo sean) en su lugar o pueblo o nación, ya no podía seguir viviendo, las condiciones que "la sociedad" le imponía a través de disposiciones gubernamentales eran moralmente insoportables, le quitaban a él, por medio de impuestos "solidarios re-distribuían la riqueza", para darle a los más pobres, porque él era productivo y meneaba dinero producto de su industria, los riesgos que asumía no importaba, las deudas que tomaba eso era irrelevante para los "saqueadores", perdón digo los gobernantes, además nadie le aseguraba el éxito, al fin ser capitalista era su problema.
En cambio lo tenían que obligar a tener sentido humano, sentido social, tenía que preocuparse de los "desposeídos", de los "menos afortunados", pues es más virtuoso -dicen los socialistas amantes del estado benefactor- ser pobre y necesitado, sin ambición, llenarse de hijos, además buen hijo de Dios -está llenando de hijos la nación- ¡para ellos hay que gobernar! En su casa dicen que su esposa le decía que era un ambicioso sin medida, que además de "las cosas materiales" está el espíritu y que descuida su hogar por dedicarse a "esa" empresa que lo único que le da es dinero, y solo sirve para mantener familias de trabajadores mal agradecidos y él era un mal agradecido más, que no se merecía la esposa abnegada que tenía, por eso le decía a sus pequeños hijos que cuando fueran grandes ¡nunca! se les fuera a ocurrir ser comerciantes, mejor fueran enfermeros o maestros estatales, eso si era digno.
En la quebrada dicen que lo han visto, la ¿ubicación? dicen que es al norte de México, en algún lugar de por ahí, no podría pensar que sería en la moderna Cuba, Nicaragua, o Venezuela donde hay una revolución para proveerle a los pobres -por eso quieren destruir a los ricos-, tampoco creo que sea Ecuador, Bolivia, la linda Argentina, o El Brasil de Lula que les hace creer que está para los pobres pero hace todo para que los malditos capitalistas tengan éxito y crean empleos. Pobres las esposas.
¿Quién es John Galt? Aquel que vive de su propio esfuerzo y no pretende ser mantenido por otros.
Publicar un comentario