miércoles, 30 de septiembre de 2009

Aperto libro

Para que tanto leer, si en Guatemala solo sirve ser bruto y mañoso para salir adelante.

Oído en Hablando claro, Mario David García

martes, 29 de septiembre de 2009

Tolerancia

En un concurso de coreografías, en el colegio de mis niños, escuché un comentario inquietante que reveló mucho de la mentalidad de algunos paisanos: “todos los concursantes lo hicieron maravillosamente, lamentablemente, solo uno debe ser el ganador”.

Mentira, muchos de los participantes, fueron mediocres y los ganadores merecían la victoria porque realmente fueron mejores.

Que es eso de quitarle méritos a quien los merece, es mas, que es eso de “lamentablemente” para hacerlos sentir culpables por su mérito.
El mensaje que se envía es “no se preocupe, aunque no tenga méritos, nosotros lo vamos a apoyar, porque pobrecito usted, como se va a sentir si llega a saber que su trabajo apesta”.

¿En qué nos beneficia darle méritos a quién no los merece por pura humanidad? ¿Será positivo el mensaje?

En fin, todo lo que obtenemos es premiar a quién no se lo ha ganado y desalentar a quién se ha esforzado por ser mejor y no es precisamente eso lo que necesitamos para sacar adelante a nuestra sociedad.


¿Es la tolerancia de la mediocridad una expresión de nuestra humanidad? No logro imaginar donde estaríamos si nuestra humanidad estuviese asociada a la mediocridad. Ojalá pudiésemos preguntárselo a Edison, Verne, Da Vinci y otros muchos mas que transformaron nuestro estilo de vida.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Verdá que si mi amor?

Mira mano, te lo juro, por Diosito te lo juro, nosotros no le queríamos hacer mal a nadie, …verdad mi amor?, no le queríamos hacer mal a nadie. Las cosas salieron, como salieron, porque ninguno de los ingratos que llevamos para que colaborara con nosotros nos quizo ayudar, solo se aprovecharon de nosotros. Claro, pedí otro trago, nosotros pagamos, veá que si mi amor? Porque eso si, con el sacrificio que hicimos, justo era que tuvieranos nuestra recompensa, a chucha, si nos llevó la chingada, y nos sigue llevando, con esos juicios que nos hacen para que la gente crea que nos van a joder, pero eso ya está arreglado, verdá mi amor?
Pero te decía, nosotros solo queríamos regalarle al pobre lo que nunca nadie le había dado. Todos los recursos que teníamos los utilizamos para que los pobres dejaramos de serlo. Porque eso si, todos los que colaboraban en la familia, tenían su merecido; sus buenos centavos. Verdá mi amor? Pero la gente no entiende, nosotros ayudando a los pobres y los otros chingando con que la seguridad, con que queremos justicia, no mas impuestos. Pero nosotros le hicimos ganas, no les hicimos caso y seguimos repartiendo, que va a hacer uno, la familia es grande y había que hacerlo.
Mesero!
Mire, lo que consume el señor va a mi cuenta, usted no tenga pena sírvale, yo pago, ejem, perdón, nosotros pagamos, verdá mi amor?
Pues te decía, nosotros sabíamos que había que hacer y lo hicimos, pero la gente no dejaba de joder y entonces, lo platicamos con mi mujer, y ella me dijo, “Mira, vos ponete los pantalones, aquí se hace lo que nosotros digamos” y así lo hice. Ignoré a todos los que me estaban jodiendo y seguí repartiendo. Pero vas a ver como es la gente de malagradecida, para poder seguir ayudando, le dije a mi mujer, bueno, platicamos con mi mujer; es hora de que te tirés de candidata, seguro los pobres te eligen, porque vos has sido una mujer bien de a huevo con ellos y que mi mujer se tira. Por la chingada vos, ningún malagradecido votó por ella y casi que a patadas nos sacaron de la guayaba. Verdá mi amor?
Nos tuvimos que venir para acá con vos, para ver si nos asesoras en la compra de unos caballitos, porque como vos sabrás, y bien lo has de saber, tenemos nuestro guardadito, verdad mi amor?

Traducción libre.

jueves, 17 de septiembre de 2009

El dilema de leer

Leer o no leer, he ahí el dilema.

La controversia no está en que leer y que no leer. Si dejamos de leer, perdemos la oportunidad de conocer otros mundos, otras vida, muchas ideas y debemos vivir una cultura personal de crecimiento. No podemos dejar de leer, no importa qué y por qué. Leamos por gusto, leamos por morbo, por estudio o por curiosidad, pero leamos.

Supongamos, solo supongamos, que únicamente debiéramos leer literatura profunda y no profana; dígame usted, ¿quién está en posición de decidir que se debe leer y que no? Debiera ser una persona con una cultura muy extensa, por no decidir absoluta, quien dicte la conveniencia de leer determinado libro o no. Un ser libre de inclinaciones religiosas, intelectuales y políticas. Humm, algo difícil, ¿no cree usted? Para empezar, ese omnipotente ser debiera restringir la libre posibilidad de escribir y crear. Reglamentar los blogs, sería un buen inicio. No tiene sentido escribir algo que nadie va a leer.

El único que puede decidir que leer y que no, es el lector, individualmente, y solo esta en posición de emitir opinión después de haber leído el libro sujeto de crítica. Entonces, y solo entonces: rómpalo, destrócelo, machúquelo y recomiéndelo a sus enemigos si no le gustó o a sus amigos si le gustó.

No puedo imaginar mi biblioteca sin los “monos” de Rius, sin las novelas de Agatha Christie y de Sir Arthur Conan Doyle, o los chistes de Memin Pinguín y Kaliman. Las novelas de Harry Potter, El Alquimista, El Quijote, Cien Años de Soledad y Los poemas de la izquierda erótica comparten entrepaños, adornan mi espacio personal con sus particulares aportes y no estoy dispuesto a prescindir de uno solo de ellos por imposición de alguna dictadura del intelecto.

Por otro lado, me cuesta aceptar en los lugares privilegiados de mis estantes a la “Divina Comedia” y a “El paraíso perdido” por el solo hecho de ser clasificados como clásicos, sin haberme formado una opinión crítica individual.

Insisto, leer o no leer es el dilema.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Anarquía y tribus

La más nefasta consecuencia de la incapacidad de nuestros gobernantes es la anarquía. Y se hace evidente en situaciones que parecieran carecer importancia y en otras que son graves, pero en ambos casos es obvia la ausencia de aplicación de la autoridad del Estado.

Los linchamientos son los casos graves, pero hay otros hechos cotidianos que son consecuencia de lo mismo, tal como un auto obstruyendo la circulación porque está estacionado en doble fila o el bus escolar que hace descender a sus pasajeros sin importarle los vehículos que vienen detrás, solo por mencionar dos de los triviales. No olvidemos incluir las cárceles donde gobiernan los reos, los territorios “liberados” donde las maras hacen imperar su ley y los corrales de las policías municipales de tránsito.

Quienes infringen la ley, lo hacen sin temor y quienes nos vemos afectados por sus delitos tenemos múltiples razones para temer: al delincuente, a la policía y a la reacción de los mirones, que nos pueden confundir con el delincuente.
Total, anarquía total.

Pero las victimas no permanecemos indiferentes, también reaccionamos formando tribus. Nos asociamos para defendernos de los criminales y resulta que dividimos el territorio.

Lo dividimos en pequeños feudos que sirven para defender a los pilotos de los ladrones, llamados parqueos públicos, colonias cerradas con rejas, asociaciones de madres angustiadas, asociación de esposas de pilotos asesinados y un largo etcétera. Aunque es preciso mencionar que también las pandillas de delincuentes se asocian en tribus de una amplia variedad de colores y sabores: partidos políticos, narcotraficantes, maras, bandas de secuestradores, bandas de asaltabancos.

Y es que nuestras opciones están contadas: si se queda solo, seguro será victima de los delincuentes o de la policía, porque tarde o temprano la tribus se van a enfrentar, y la otra opción es tener su tribu o formar parte de una; porque el Estado se aleja cada vez mas de su único legitimo propósito: el monopolio de la fuerza para garantizar la convivencia pacífica de los ciudadanos.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Aperto libro

Las palabras pueden ser como los rayos X si se emplean adecuadamente: pasan a través de todo. Las lees y te traspasan.

Leído en: Un mundo feliz, Aldous Huxley

martes, 8 de septiembre de 2009

Lucha de clases

No hay nada mas cierto, vivimos una lucha de clases.

Pero no como la pintan algunos, como la lucha de clases entre ricos y pobres o entre ladinos e indígenas. Este concepto solo es un argumento falaz que se utiliza para crear división entre la sociedad y obtener beneficios personales.

Los lideres de los campesinos les "venden" la idea a sus seguidores y sacan partido de la ignorancia que apresa a estos últimos. Y este es solo un ejemplo de los casos que abundan en nuestra sociedad.

La verdadera lucha de clases en nuestra sociedad tiene dos protagonistas que no suelen ser claramente diferenciados. Los parásitos y los productivos.

Los productivos son lo que asumen la responsabilidad de su vida y son los que sustentan su orgullo en sus logros individuales. Los parásitos son los que dependen de otros porque son incapaces de sostenerse a si mismos.

Regularmente quienes son parásitos ven al gobierno como su mejor aliado, porque este se tomó el derecho quitarle a los productivos para re-distribuir entre quienes no lo son, llegando a utilizar la coacción para lograrlo.

De mi parte, trato de juzgar a cada persona, inicialmente, de acuerdo a este criterio, "¿eres parásito o eres productivo?"

lunes, 7 de septiembre de 2009

Aperto libro

..la historia de toda la humanidad es la comprobación práctica del mismo principio básico, sin importar las variantes de forma: el grado de prosperidad, logro y progreso humano es corolario y función directa del grado de libertad política. Como atestiguan: la Grecia antigua, el Renacimiento, el siglo XIX.

Leído en: Capitalismo, el ideal desconocido. Ayn Rand.