
Somos lo que hacemos día a día. De modo que la excelencia no es un acto, sino un hábito. Aristóteles.
domingo, 28 de noviembre de 2010
Aperto libro

miércoles, 17 de noviembre de 2010
Vonos a la chingada!!!!

Solo tenemos tres opciones: vonos a la chingada, hagamonos las bestias y hagamos sho o entremosle a trabajar para arreglar la situación en Guatemala.
Y no digo que nos sacrifiquemos para arreglar el país. No pretendo sugerir que preparemos extensos y complicados programas de inversión social, con los que vamos a resolver la inequidad y desigualdad. No sugiero buscar y encontrar a los eternos ricos para quitarles sus posesiones y devolvérselas a los descendientes de nuestros abuelos originales.
Me opongo a entregarle más poder y más pisto a los gobernantes con el interés mezquino de renunciar a la responsabilidad de mi propio bienestar.
Me rehúso a unirme al clamor popular de las manifestaciones con exigencias sociales.
Lo que propongo es simple, trabajemos inteligentemente por nuestro interés individual. Actuemos de tal manera que en nuestros círculos de influencia hagamos la diferencia. Basta ya de reproches por los errores ajenos, basta de rehuirle a la razón y a la responsabilidad individual.
Hagámosle ganas y si la muerte nos ha de encontrar, que en esta nuestra Guatebala es altamente probable, pues que nos encuentre viviendo, sonriendo, felices de haber aprovechado nuestra oportunidad con intensidad. No quiero decir que seamos suicidas saliendo a buscar nuestro destino sin precauciones, al contrario, propongo que tengamos cuidado, que abandonemos las prácticas que nos puedan resultar funestas, pero que no por ello detengamos nuestra búsqueda de la felicidad y la realización personal.
Y, pues si la opción no nos interesa, vonos a la chingada y los que se quedan…
… que miren como salen.
miércoles, 3 de noviembre de 2010
Profecias

No me interesa averiguar cuando, ni donde se le ocurrió al ser humano que era posible responsabilizar a los demás por el bienestar propio.
Mi incomodidad es provocada porque ahora lo normal y correcto es que sea otro el encargado de velar por mis necesidades vitales y lograr mi felicidad.
Basta hojear un periódico para observar como los medios de comunicación le otorgan grandes y privilegiados espacios a esta brillante idea que ostenta el calificativo de "políticamente correcta". Se apoya con grandes titulares la distribución de solidaridad, la firma de convenios entre instituciones para la "redistribución equitativa" de la riqueza y a las muestras de generosidad de gobiernos extranjeros.
Ahora es, también, normal que el tránsito se vea obstruido por demandantes cada vez mas exigentes y poco creativos, pues no ven mas alternativa a la violencia para exigir el cumplimiento de sus peticiones. Ignoran, deliberadamente, que de esa forma se convierten en delincuentes chantajistas.
Me aventuro a pensar que el discurso chantajista de los políticos, poblado de ofrecimientos imposibles de cumplir, parece haber echado raices en el pensamiento popular. Los votantes ahora se ven con la autoridad moral para reclamar derechos sin importar la legitimidad de los mismos.
Lo preocupante es la creciente masa de demandantes. Vale preguntarse que sucedería si todos aceptaramos como correctas esas premisas. TODOS nos dedicaríamos a exigir. Seríamos tantos pidiendo, demandando y exigiendo que hasta nos estorbaríamos y arrebataríamos los unos a los otros. Podríamos llegar al punto extremo en que nadie se ocuparía en producir riqueza, si todos nos afanamos en solo distribuirla.
La riqueza bruta no existe, es decir, que la riqueza no la encontramos en la naturaleza solo para tomarla y disponer de ella. La riqueza se crea con la inteligencia y tesón humanos. Si solo nos dedicamos a distribuirla, terminaremos con este bienestar artificial del que disfrutamos.
¿Será ese el cumplimiento de la profecía del 2012?