Me contraría la actitud de Jobs en sus postreros días. Pospuso un tratamiento médico y lo sustituyo con medicina alternativa, lo cual desembocó en una muerte que pudo ser posterior.
Al igual que uno de los mas prominente padres de la ciencia moderna, Sir Isaac Newton, que tenía profundas creencias misticas y del creador del detective más lógico del mundo, Sir Arthur Conan Doyle, que acudía a espiritistas, me confunden.
Me desubican porque por una parte sus actos muestran una clara disposición a vivir una existencia racional, pero se contradicen con esas desviaciones.
En los tres casos mencionados creo que es el temor a la muerte lo que los motiva, al igual que al resto de mortales, a creer en situaciones que de otra manera no aceptarían.
Conforme pasan los años la conciencia de mi propia mortalidad se acrecienta, y definitivamente me afecta. Me ha robado algunas horas de sueño, me inquieta.
Trato de escribir unas frases que me trasciendan, pretendo dejarle un legado a mis descendientes y disfruto viviendo mis días lo mejor que puedo.
Pero el temor está allí...
2 comentarios:
Que curioso el dato... en dónde conseguiste esa información?
Está para discutirlo: ¿temor a qué?
Creo que temor a que sea el fin final.
Los datos son vox populi...
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