Don Francisco Pérez de Antón afirma que el hombre contemporaneo está sometido a una larga lista de torturadores que lo acosan por deudas no contraídas y de las que nunca ha sido consciente, no puedo evitar darle la razón cuando me asomo a leer los diarios y veo la cantidad de demandas sociales que pesan sobre el estado. Un desafortunado columnista llega a afirmar que proveer empleo y bienestar general es su único propósito.
El estado está compuesto por tres elementos: territorio, gobierno y población. El territorio es incapaz de asumir alguna obligación y el gobierno, con sus gobernantes, no son generadores de riqueza por la naturaleza de su actividad y por incapacidad individual, por tanto tampoco puede responsabilizarse del bienestar de los gobernados.
Resulta entonces que la población es la que debe responder por la población misma. Por este camino como que no llegamos a ningún lugar. Entonces resulta obligado corregir la plana, los privilegiados de la población deben asistir, en sus demandas sociales, a los menos exitosos.
La lista de demandantes es muy larga, mujeres, jóvenes, ancianos, indígenas, habitantes de una región, emigrantes, inmigrantes y no pare de contar. El argumento es sencillo: como usted tiene está obligado con el que no tiene y debe compartir. No importa si usted no desea hacerlo, usted debe hacerlo porque hay mas de mil infiernos esperándolo si no cumple.
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