martes, 28 de abril de 2009

Discusiones útiles

Esta mañana salí a realizar unas diligencias al centro de la ciudad y estacioné mi carro en la calle mientras pasaba al banco. Al regresar me encontré con un carro que estaba estacionado a la par mía, en doble fila. A la par del carro estaban una señora, quien era la conductora del vehículo que obstruía la calle, y un policía de tránsito, discutiendo. Ambos se notaban muy enojados. Por un lado, el policía estaba redactando una remisión, argumentando que el vehículo de la señora estaba mal estacionado y, por lo tanto, bloqueaba la circulación. Por otro lado, la señora, inventaba mil excusas para evitar la multa. Mientras, yo observaba, pues no podía mover mi carro.

Cuando dos personas discuten acerca de un tema que es de mutuo interés, algunas de ellas están tan interesadas en ganar la discusión que no les importan los argumentos, ni la realidad misma; lo importante es salir vencedor, sin importar nada más que la victoria, o la sensación de victoria.

Se puede agredir verbalmente, se intenta descalificar al interlocutor, se rehúye hablar de los hechos, hasta el extremo donde algunos se desvían del tema.

Una discusión sensata, o un interlocutor inteligente, debe intentar obtener conclusiones beneficiosas para ambas partes. Esto se logra, principalmente, manteniendo la atención sobre los hechos, sobre la realidad misma. Es posible que existan conflictos de intereses, pero de eso a rechazar la realidad, hay un gran trecho.

En todo caso, no es posible llegar a un acuerdo, si lo único que se desea es “ganar” una discusión.

Por ejemplo; Pro-Reforma es una propuesta seria y necesita una discusión seria, de fondo. Una evaluación racional que nos permita obtener conclusiones de beneficio para la sociedad.

Después de una entretenida espera pude retirar mi carro, la señora se tuvo que resignar a aceptar la remisión y el policía pudo cumplir su función. Solo espero que la señora aprenda la doble lección; que no debe discutir con argumentos alejados de la realidad y a no estacionarse en doble fila.

2 comentarios:

Nancy dijo...

Vaya, qué paciente eres. Yo no dejo mi carrito viejo en la calle porque me da miedo y por esa clase de gente que no respeta y se estaciona donde le viene en gana.
En fin. Yo venía nada a devolverte la visita y me encontré con este reflejo de la realidad cotidiana. Afortunadamente en este caso hubo un policía de tránsito que cumplió con su deber. Muchas veces, o se hacen los suecos, o no están.
Saludos,

Anónimo dijo...

Como decia un mi exjefe (y como dice en mi blog) "Aquel que quiera tener la razon, de justo la tendra, con tan solo tener lengua"

El ser humano tiene muchos dones "lenguaje, comunicacion, razonamiento" y hace mal uso de ellos en ocasiones.

Sasludos