Cuando los políticos que nos gobiernan anunciaron las medidas para restringir la cantidad de personas que pueden circular en las motocicletas, me incliné por darle el beneficio de la duda a dicha ley, quizá porque he sido una de las victimas de los delicuentes que se transportan utilizando ese medio.
El día del suceso, uno de los delincuentes descendió del vehiculo mientras el otro permanecía en él, con el motor encendido; el primero me exigió el celular y un paquete de mercadería que llevaba en la mano. El otro, desde la moto no cesaba de gritar insultos y amenazas con la intención de intimidarme.
El recuerdo del incidente solo remueve las cenizas de mi cólera y del sentimiento de impotencia que me invadieron.
Pero de estar molesto con esos individuos a generalizar mi malestar contra todos los motoristas hay un gran trecho. Ese creo que es el gran error de las autoridades, generalizar; utilizando una lógica ad-hoc a sus propósitos mediáticos. Sumemos, a la mala ley, la mala ejecución a la que nos tienen acostumbrados.
Por otro lado, se puede percibir que los únicos posibles beneficiados son los policías corruptos y las arcas de las municipalidades.
De momento, la realidad es la siguiente: si usted se conduce en una motocicleta con otra persona, usted es un delincuente. Un delincuente al que hay que detectar, perseguir y castigar.
Si tiene moto, CUIDADO, el próximo Esmayli podría ser usted.
1 comentario:
¿Qué irá a suceder cuando don Alvaro Arzú o el vice-presidente machete, amantes de las dos ruedas, salgan en sus motos y lleven a alguna pasajera a "nancas"? Se le aplicará el reglamento?
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