martes, 24 de mayo de 2011

Aperto libro


La vida deviene a veces un juego de palabras, pero no es menos verdad que el lenguaje marca el límite de nuestro mundo y de nuestro ser, como Wittgenstein ha escrito, a tal grado que, cuanto más pobre es nuestra forma de expresarnos, más estrecha es la visión de lo que somos. El lenguaje da sentido a nuestra vida, forja nuestra identidad, permite entender mejor nuestra historia. De ahí la importancia de enriquecerlo y conocerlo mejor. Y leer el Quijote tal vez sea una buena forma de llevar a cabo esta andadura, pues la lengua, como bien decía Unamuno, es la sangre del espíritu.

Leído en: Chapinismos del Quijote
Escrito por: Francisco Pérez de Antón

2 comentarios:

Unknown dijo...

Siempre había abordado las conclusiones de Wittgenstein solo para delimitar la estrechez del lenguaje, pero este punto de vista es muy inspirador.

Edwin Augusto Méndez Lara dijo...

...ahh este don Paco!