No importa las veces que pierdas el rumbo, si posees la pasión necesaria y suficiente, siempre serás redimido.
La pasión te empuja, es el motor de tus logros individuales.
Es el fuego que te mantiene vivo.
La pasión racional, digo. No la pasión insensata que te empuja a creer en las vanas ofertas del político o del periodismo deportivo, que no se cansa de vender falsas ilusiones para nuestro fútbol .
La pasión es la fuerza que te levanta después de un traspié.
Pasión, padre de mis errores, madre de mis aciertos.
Es esa motivación que se contagia, que se convierte en liderazgo.
Lleva de los sueños a la acción hasta lograr la realización.
Cambia tu simple existir a un pleno vivir.
1 comentario:
Amén a esto, y bastante recio.
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