Quienes se dedican a realizar labores manuales, regularmente, menosprecian las actividades intelectuales reprochandoles poco aporte a los procesos de producción.
Es muy frecuente encontrar obreros enfrentados a oficinistas de cuello blanco argumentando que. estos últimos, se aprovechan del esfuerzo físico de los otros porque no producen nada, solamente llevan cuentas y desarrollan conceptos inútiles.
Mas alejados de la verdad no podrían estar, todas las cosas que se crean, o transforman, se hacen en dos niveles, primero se crean en la mente y después se crean de forma tangible.
Un mundo sin ideas, un mundo sin creación intelectual sería un mundo primitivo muy similar a la vida salvaje. Todo el desarrollo de la humanidad se debe al esfuerzo mental y para obtener buenos resultados es imperativo educar a la mente porque las buenas ideas no son producto de la casualidad.
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