Que incomodo resulta levantarse con la mente en blanco o con tantas cosas en la mente que uno no se puede sentar a escribir.
Nada acude, nada destaca y la impotencia hasta dolor de cabeza me provoca.
Tal vez es solo uno de eso días en que las ideas se fueron de vacaciones a cualquier lugar y no avisaron.
En fin, quisiera escribir algo, contar algo, aunque sea reprochar algo pues, pero no se me ocurre nada.
La vida se compone de momentos y quizá un momento mas tarde o quizá mañana o quizá mucho antes o después se me ocurrirá algo.
Pero ahorita no tengo nada que decir...
y ya me hice bolas.
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